El ser humano confía en lo que ve. Sin embargo, se hace difícil creer y confiar en aquel o en aquello que no se ve. Pasa mucho cuando tenemos planes a corto y a largo plazo. Pero cuando llega una situación difícil a nuestra vida y no vemos respuesta, perdemos la confianza.
En este año Puerto Rico ha sufrido varios embates, terremotos, pandemia, huracanes, a eso le voy añadir situaciones difíciles en mi hogar. No es un secreto mi condición de salud (LSE), Pero cuando le añado complicaciones en plena pandemia, situación de salud de mi familia y de la familia de mi esposa, tengo que confesar que la confianza se estaba perdiendo. La fe se esfumó y la esperanza ya no la veía.
Una noche estando en el patio, comencé a meditar y a decir ¡Señor, lo que me prometiste no lo veo y mucho menos a ti! De repente una brisa comenzó a secar mis lágrimas. Lo único que decía era:
“No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.” (Salmos 27:9)
Me sentía como Pedro caminando en el agua. Dice la historia que después que Jesús se despidió de la multitud se fue al monte solo a orar. De repente los discípulos estaban en altamar. Comenzó una tormenta y los vientos y las aguas fuertes comenzaron azotar la barca. Los discípulos vieron a lo lejos a una persona y decían a gran voz: “¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.”
“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:22-26)
Mientras lloraba, miraba al cielo y le decía: ¡Señor, no quiero ser como Pedro, pero las circunstancias no me dejan ver! De repente, comencé a escuchar:
“Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.” (Isaías 54:10)
En ese momento decidí confiar en aquel que no se ve y hoy puedo decir lo que habla la Biblia:
“De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.” (Hebreos 13:6)
Confiar en el Señor es lo mejor que me ha pasado. Los planes muchos los logré, otros no. Pero confiar en el Señor vale más que todo.
Que difícil ha sido este año. Sin embargo hoy deseo presentarte a aquel que no se ve.
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.” (Hebreos 12:2)
Hoy quiero decirte que no escuches otras voces. Dice la biblia:
“Confía plenamente en el Señor, y no te fíes de tu inteligencia. Cuenta con él en todos tus caminos, y él dirigirá tus senderos.” (Proverbios 3:5-6)
Dios ha sido más que bueno conmigo y no tengo la menor duda que también lo será contigo.
“Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos”. (Romanos 8:25)