Sonidos preciosos me despiertan por la mañana, ahora que mi bebé puede usar sus cuerdas vocales para emitir otros sonidos y no solo para llorar. Él hace sonidos de melodía y balbucea mientras se mueve jugando en su cuna.
No importa lo cansada que pueda estar, me despierto con la misma sensación que tuve después de acostarlo. Medito con emoción en los momentos que tendremos al compartir juntos un nuevo día. Cada día es una sorpresa en la vida de mi bebé y en la mía. Juego un juego nuevo con él. Veo la expresión que hace que al probar un nuevo alimento. O, lo veo logrando, finalmente, esa nueva habilidad de desarrollo que se que ha estado intentando últimamente. Cada día veo el progreso y cómo se ve lo que significa avanzar un nuevo paso. ¿Es él quien esta descubriendo el mundo o soy yo?
Los dos estamos descubriendo.
Ahora puedo ver lo que es ser un bebé, aprender, crecer y madurar en el desarrollo sensorial y motor. Igual de milagroso que se sintió verlo crecer dentro de mí, se siente ahora verlo crecer justo delante de mis ojos. Estoy descubriendo lo que es ser una madre y el sentir un amor que nunca sentí antes y reconozco como mi rol juega un papel muy importante en la formación de su vida.
Soy quien puede ayudarlo y protegerlo. Yo soy quien le puede enseñar y de quien el aprenderá. Hay mucha responsabilidad en ser mamá, pero si nos tomamos el trabajo en serio, este trabajo nos hará mejores– cuando tenemos en cuenta cómo nos necesitan. Podemos convertirnos en mejores mujeres, mejores seres humanos y en el modelo que necesitan ver. Mientras crecen, nosotros también podemos crecer. Vamos creciendo mientras evolucionamos con su necesidades.
