Recientemente descubrí cómo la falta de refuerzo positivo a mi alrededor había afectado mi confianza. El refuerzo positivo te ayuda a ganar seguridad luego de hacer las cosas bien. En los momentos blancos o negros puede ser más claro y llevadero tomar una dirección en confianza, pero la realidad es que no todo es blanco o negro.
Es en los momentos grises y turbios que necesitas ganar mayor seguridad con respecto hacia donde te diriges a pesar de lo poco que puedes ver con claridad. Puede ser que sepamos el camino correcto pero hay situaciones en que puede ser mas difícil asegurar que estamos tomándolo.
Si te falta esa confianza y no tienes el refuerzo positivo necesario, terminarás cuestionándote todo el tiempo —un gran problema a lo cual me enfrenté.
Hubo el momento en que no podía ganar seguridad en nadie a mi alrededor, más lo necesitaba desesperadamente. No podía hacerlo sola y no había tenido ese refuerzo positivo antes en mi vida. Tuve que depender absolutamente de la fe en lo que ya había aprendido y en la luz de la palabra. Aunque ya la conocía, necesitaba ese refuerzo, esa confianza y esa seguridad para emplearla.
Doy gracias a Dios por traer ese refuerzo positivo acompañado de mucho ánimo y apoyo, el cual me dio seguridad cuando el camino estaba muy turbio para continuarlo.
Sonaba algo así:
“Hija, se que es difícil de ver, pero estas caminando el camino correcto.”
No fue una voz, ni una revelación la que me dijo eso. Fueron libros que hablaban de mi problema y me ayudaron a proyectar el problema, fue mucha oración, y la afirmación de la palabra por medio de consejeros confiables en la fe. Muchas veces eso es lo que la gente necesita.
Afirmación.
Desde entonces mi confianza y seguridad está basada en un absoluto re-encuentro con aquel quien en quien se encuentra la verdad y cuyas palabras me llevaron a puerto seguro en las mas oscuras y turbias noches.
La confianza no es algo en lo que tienes que crecer es algo en lo que tienes que creer.
No podemos vivir necesitando seguridad de los demás, puede ayudar en ciertas situaciones, pero las personas no son absolutamente confiables—sólo Cristo lo es.
Tampoco puedes vivir sobre confiado en todo—te llevará a cometer grandes errores.
Necesitamos vivir confiados en nuestro Padre, anclados en su verdad. Una vez estas ahí, no habrá camino turbio que robe tu seguridad.