“Ser madre es difícil”, lo he escuchado antes. De hecho, lo escuché esta semana en una conversación que tuve con otra madre.
Si eres la madre que retrata su esplendorosa vida de mamá en las redes sociales, probablemente no disfrutarás de esta publicación. Pero está bien, porque esta publicación es para las otras mamás que necesitan saber que su vida puede no ser así, pero también son mamás valiosas ante los ojos de Dios. Si crees que lo estas haciendo demasiado bien, es probable que lo estes haciendo mal.
Desde el momento en que nace un bebé, la maternidad pone a prueba a una mujer. Recuerdo el día en que iba de camino a la primera visita del pediatra después de dar a luz. Estaba al lado del bebé en el asiento trasero. Por un minuto, me fui a otra órbita y mi cuerpo se sintió como un zombie. Nunca antes había sentido eso y parecía que, mientras podía, había permitido que mi cuerpo realmente sintiera lo que estaba pasando. Es mucho cansancio.
Desde que me convertí en madre, a menudo pienso en la persona que hace esto sola, o la madre que tiene problemas financieros, una condición física, o la madre que no planeaba ser madre o no tiene el apoyo de alguien. De alguna manera, las mamás que conozco me vinieron a la mente y también me he sentido empática y compasiva por muchas mujeres que están criando niños que llego a conocer todos los días.
Si la estás pasando mal pero deseas ser una buena madre, recuerda estas palabras de verdad. Permítanme comenzar diciéndoles que Dios le permitió convertirse en mamá. Hay muchas mujeres que no pueden concebir y, sin embargo, la vida fue colocada en tu matriz.
VIDA.
La vida es una oportunidad para que algo nuevo nazca en ti y Dios quiso que esto trajera ALEGRÍA a tu vida. Por más difícil que sea, la maternidad trae muchas alegrías a la vida de una mujer y usted puede disfrutarlas. Si Dios le confió la capacidad de llevar VIDA, entienda que usted ES capaz.
Cuando eliges ver la maternidad como una bendición, también se convierte en la razón para levantarte para ser una mejor persona cada día. Las luchas de la vida no se detendrán cuando te conviertas en madre, y tampoco las alegrías de la maternidad te protegerán de ellas. Sin embargo, la maternidad puede ser el agente definitivo que fortalece el carácter de una mujer al ser capaz de tocar los lugares más vulnerables de su alma; si lo permitimos.
La maternidad se convierte en una brújula que impulsa a una mujer con un propósito. Cuando comprendes que la vida de otra persona depende totalmente de ti, te ves a ti misma como la única responsable. Pero hay una gran cantidad de responsabilidad que puede ser aliviada con la idea de ser bendecida y dotada.
Soy una de las muchas mujeres que las opiniones sobre su vida y sobre ella han cambiado después de ser madre. Mi vida o mis luchas no cambiaron.
Mis decisiones, prioridades y NORTE sí.
No tolero las mismas cosas que hice antes, pero al mismo tiempo no soy tan dura conmigo misma, porque se que lucho para cada día ser mejor y tener la mejor vida para mi hijo.
Si estas consciente de la gran responsabilidad que mientras tienes el deseo de dar lo mejor posible, no darás por sentado esta experiencia. Entonces tienes razones para decir: “ser madre es difícil”. Y tienes toda la razón porque estás en esto por lo que es. Sabes que no se trata de ti o de lo que puedes obtener de la experiencia.
Se trata de un ministerio maravilloso que Dios quiso darte como mujer. En el proceso, él te habla sobre el amor y sobre la dependencia de Él. Extiende las manos, levanta tu cabeza y te dice: “mírame, soy el modelo que necesitas para hacer esto”.
De esto se trata la maternidad. Esto es lo que Dios quiere hacer en todas las que nos llamamos madres. Él puede hacer una gran cantidad de trabajo en nosotros cuando lo pensamos de esta manera.
Querida mamá, no importa dónde estés hoy, no pierdas de vista cómo Dios ha elegido bendecir tu vida como mujer. Ese niño o niña es la semilla de Dios que quiere moldearte y hacer algo maravilloso en tu vida. Por más difícil que parezca, con Dios como tu NORTE, puedes alcanzarlo.