“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leÃdas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el EspÃritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. ” 2 Corintios 3:2-3
Vas a tu trabajo, haces lo debido. Vas a la escuela y compartes con tus compañeros. Vas al gimnasio o a la práctica de tu equipo y en todos esos lugares haces vida con otras personas. Ese tipo de vida por el cual todos estamos conectados. No es el escenario de un domingo en una congregación pero es el escenario donde eres iglesia.
En todos estos lugares la vida cobra su significado cuando surgen diferentes situaciones. En ese lugar, en tu diario vivir, eres una carta abierta que todos están leyendo. Esa carta es la comunicación del mensaje de Cristo al mundo.
Tu vida— cómo te comportas, como tratas y consideras a las demás personas, como haces las cosas y manejas las situaciones—es lo que da testimonio de Cristo a un mundo que necesita conocerlo.
Nuestra asistencia a una celebración religiosa y nuestra participación con una tal comunidad es parte del entrenamiento donde recibimos la enseñanza, pero nuestro comportamiento en nuestra vida diaria es la graduación.
Alguien dijo que tu vida puede ser la única biblia que algunos lean. Somos una carta abierta que todos leen el mensaje de Cristo en nuestro diario vivir. No pierdas esta perpectiva de tu vida.
Vive, sé espontáneo, sé quién eres y disfruta la vida, pero no pierdas esta perspectiva de reflejar a Cristo en todo. Tampoco pierdas la expectativa de cómo Dios te puede usar en medio de todo a través del testimonio que llevas. Aun sin tener que predicar una sola palabra, tu desenvolvimiento en el mundo puede hablar de Cristo.
Esto es posible simplemente por la obra del EspÃritu Santo. Él es el convencedor. Él es quien da testimonio de Cristo. Mientras tu reflejas a Cristo con tus acciones, el EspÃritu Santo es el que se encarga de ministrar al corazón.
Muchos de nosotros nos quedamos esperando oportunidades para predicar de Cristo y no nos damos cuenta que lo podemos hacer constantemente en nuestra vida. Seamos luz en un mundo lleno de oscuridad, tengamos fe en un mundo lleno de incredulidad, impartamos esperanza en aquellos que no tienen.
Alguien también dijo que tus creencias no te hacen una mejor persona, tu comportamiento sÃ. Sé y haz la diferencia reflejando a Cristo más allá de las palabras—con tu comportamiento.
Modelar a Cristo dentro de la variedad y complejidad de situaciones y escenarios que nos toca vivir es una tarea que no todos alcanzan a lograr muy cerca de la precisión—no puedes modelar a alguien que no conoces bien.
Cuando nos acercamos a la persona de Jesús, estudiamos la magnitud de esa personalidad y sus enseñanzas y permitimos que Él habite en nosotros por medio de la tercera persona del EspÃritu Santo, entonces, modelar a Cristo se vuelve parte de nuestro diario vivir en las multiples situaciones que enfrentamos.
Acerquemonos a Él y seamos su carta abierta en este mundo, una carta que todos pueden leer en cualquier momento y en cualquier lugar. En este tiempo se necesitan esas cartas abiertas que puedan llevar el mensaje de Cristo por todos lados.