Tal vez ya hayas escuchando muchas veces el pasaje bíblico de Génesis 1:27 que habla que “fuimos creados a imagen y semejanza de Dios”, pero sucede que muchas veces nos enfocamos en cualidades físicas, olvidando las más importantes que comprenden nuestra alma y espíritu. Como éste es el mes de la mujer, quiero que a través de esta nota puedas meditar en algunas cualidades internas de la mujer que comprueban su semejanza con Dios para que, en momentos donde quiera salir una crítica o un cuestionamiento como: “¿por qué soy así?”, “¿por qué ella es así?” o “¿por qué somos diferentes a los hombres?”, puedas recordar que hay un propósito en ello:
- La mujer es sensible. Al pensar en Dios, imaginamos a un Dios fuerte e invencible, que no llora ni se entristece. Sin embargo, Efesios 4:30 dice “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
- La mujer tiene la habilidad de enseñar y recordar las cosas. No solo esto aplica a recordar cosas del pasado sino a la tendencia de recordarles a todos lo que tienen que hacer o llevar a la escuela o al trabajo. Además de recordar, la mujer tiene habilidades naturales de enseñanza. Juan 14:26 dice: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
- La mujer es dadivosa y compasiva. Por lo general, las mujeres no desean llegar a alguna fiesta de cumpleaños o alguna casa donde haya sido invitada a cenar con manos vacías. También, se complacen en ayudar a otros y se entristecen ante las necesidades y dolores de los más débiles. Lucas 11:13 dice: “Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!”
- La mujer necesita comunicarse constante y efectivamente con sus seres queridos. Estudios confirman que las mujeres son más verbales y expresivas en comparación con los hombres. Así mismo Dios siembre busca la manera de hablarnos para darse a conocer y amonestarnos. Hebreos 1:1 “Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por {su} Hijo…”
- La mujer embellece. Así como en Mateo 6 se describe a un Dios detallista que viste a la yerba del campo con los lirios, así la mujer embellece su hogar y su cuerpo con detalles agradables a la vista y al corazón.
Todas estas cualidades de la mujer nos enseñan que Dios nos ha creado diferentes con el propósito de hacernos conocer sus propios atributos que, juntamente con las del hombre, forman toda la imagen de un solo Dios. Por eso, en vez de cuestionarlas o criticarlas, agradezcamos a Dios por ellas y apreciémoslas.
