Dulzura.
Serenidad.
Libertad.
Esas son las sensaciones que te rodean luego de recibir ese radiante “Está bien” en tu espíritu.
Cuando no puedes hacer sentido de lo que sucede. Cuando experimentas rechazo o injusticia. En tiempos de necesidad.
Justo después de ese momento donde tus preocupaciones deciden acaparar tu pensamiento. Alguien presiona el botón de parada en la película de problemas que cruza por tu mente para luego ser remplazado con el sentir de que todo va a estar bien. No hay de qué preocuparse. El se está encargando de todo para que tu no tengas que hacerlo.
Y no es que intencionalmente cambiaste tu mente hacia pensamientos positivos estratégicamente—el cual en ocasiones es muy beneficioso. Sino mas bien esto ocurre sin tu esfuerzo voluntario. Quizás no puedes explicarlo, pero es cómo si Dios estuviera susurrando esto a tu alma. Quizás no tienes idea de cómo todo va a estar bien pero ese “está bien” es tan convincente, que lo crees sin necesitar explicaciones.
Hay un tiempo en nuestras situaciones donde Dios ha visto todo lo que quería ver y donde ya hemos hecho lo que El ha pedido de nosotros. El conoce cual es nuestro lugar y sabe que continuaremos haciendo lo requerido. Este es el momento donde Dios te dirá: “Está bien”.
De aquí en adelante ya sabes que todo estará bien. No hay mas nada que decir, solo descansar. Y si de momento te sobresaltas un poco, El vuelve a recordarte: “Todo está bien”.
- When God says "It's okay"
- My baby boy is here