A medida voy pensado en lo que quisiera alcanzar este año, inevitablemente, he tenido que remontarme al año pasado. Fue un año de creer y tomar pasos de fe ante las imposibilidades.
Ya puedo ver que este año no será la excepción. Es necesario que continue dando mis pasos en fe, de lo contrario, sé que será imposible lograrlo. Hay cosas que están fuera de duda—no podrás lograrlo a menos que sea por la mano de Dios.
No he llegado a donde quisiera llegar, pero te puedo decir que estoy más cerca que, definitivamente, cuando comenzó el año pasado; eso me alienta.
Si somos sinceros, podemos decir que vivir dando pasos de fe, genera cansancio. Te desesperas al querer llegar y poder relajarte. Solo recuerda que Dios no te ha traído hasta la mitad del camino solo para que te rindas.
Persigue la meta.
Haz todo lo necesario para renovar tus pasos de fe. Prepárate y entrena mejor para la otra mitad de la carrera, porque este puede ser el año en que al fin la termines.