“Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza).” Romanos 8:24-25
En Cristo, nunca hay una razón para perder la esperanza. No importa los resultados de nuestras situaciones en este mundo, nuestra esperanza se basa en algo más grande que lo que podemos ver a nuestro alrededor. Nuestro Dios es eterno y justo, y nuestra esperanza en Él debe basarse en eso.
Que puedas hoy reafirmar tu esperanza en Cristo y que esa esperanza te reconforte y te de alivio. Que puedas hoy recuperar la confianza en Dios para seguir esperando lo que aún no puedes ver, pero ciertamente, Él puede hacer en tu vida.