Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegrÃa; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro. Salmos 34:5
A cualquier persona le puede resultar imposible encontrar alegrÃa en medio de las situaciones difÃciles y dolorosas. Pero cuando Dios vive en nuestros corazones hallamos una alegrÃa que nada la puede quitar. Nuestro Dios es el Dios que da esplendor a cambio de tus cenizas, cambia los lamentos en bailes y hace que las lagrimas se conviertan en fuente. Eso está garantizado. Aun en medio del dolor o de la dificultad, encontramos una alegrÃa que siempre fluye al refugiarnos en el.
En el dÃa de hoy, entrégale a Dios tus lamentos y deja que la gracia y la alegrÃa de Dios sane y traiga esperanza a tu vida. Que nada te quite el gozo de la salvación y que un espÃritu noble siempre te sustente.