Para la década de los 70 surge el programa de televisión infantil llamado El Chavo del Ocho. Se trataba de este niño huérfano que vivía en una vecindad. Entre los vecinos se encontraba una mujer llamada Doña Cleotilde, mejor conocida como la bruja del 71.
El Chavo y sus amigos les daba curiosidad ver que había en la casa de la Bruja del 71. Ellos pensaban que ella hacia encantos y/o brujería y eso les causaba temor. Cuando iban a entrar a la casa lo pensaban dos veces. El chavo del 8 decía: “¡Sí, lo hago! ¡Sí, lo hago!”
Cuántas veces ha salido de nuestra boca esa expresión.
¡Sí, lo hago! ¡Sí, lo hago!
Recuerdo una ocasión me encontraba en una actividad familiar en el municipio de Hatillo. Al culminar la actividad, de camino a nuestro hogar, mi esposa y yo nos percatamos que las vías principales, entre otras, se encontraban inundadas a causa de las lluvias torrenciales de ese día. Muchas de estas vías estaban cerradas y otras había que cruzar con mucha precaución.
Mi esposa comienza a tener temor, ya que otros autos se apagaban tratando de cruzas las aguas. No teníamos opciones de virar y tomar otra ruta, me tocaba el turno de cruzar esas aguas. Mi mente decía: “¡Sí, lo hago! ¡Sí, lo hago!”
Aunque yo también sentía temor en cruzar, no podía permitir que las aguas me detuvieran llegar a mi destino. Decidí pasar por esas aguas, mientras lo hacía, en mi mente decía: “Señor en tu nombre cruzaré”.
Recordaba lo que dice la biblia:
“Yo soy el Señor que abre camino por medio de las aguas, que construye un sendero a través del mar”. (Isaías 43:16-21). Logré llegar a mi destino.
En nuestra vida nos vamos a encontrar con situaciones que nos van a causar angustia y gran temor. Ese temor tratará de detenerte. Pensarás que esas aguas te van a ahogar y no podrás cruzar.
Pese al diagnóstico o al tratamiento que tú medico te haya dicho, la decisión personal y/o económica que tengas que tomar; no te detengas y camina en fe.
Dice la Biblia:
“No tendrás temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová.” (Salmo 112:7)
El Rey David, un joven valiente y guerrero, tuvo que enfrentar osos, lobos, ejércitos y hasta un gigante. En muchas ocasiones tuvo temor. Pero dijo en el Salmo 34:4:
“Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.”
Él te dice en esta hora:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”(Isaías 41:10)
Cuando logres cruzar, vas a volver a nacer.
Si te encuentras lleno de temor. Te sientes como en un auto lleno de agua alrededor que no te deja avanzar. Pues este mensaje es para ti. Te aseguro que vas a volver a vacer.
