Siempre que uno habla con los amigos de infancia decimos: ¡qué tiempos aquellos! ¡Si pudiéramos dar vuelta atrás! También decimos ese comentario cuando erramos en una decisión importante o cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles siempre decimos: ¡Si pudiéramos dar tiempo atrás tomaría una mejor decisión o evitaría este problema!
En el 1985 salió una película llamada Back to the Future—un clásico. Esta película se basa en la historia de un joven que trabaja con un doctor que creó un carro que te puede llevar al pasado o al futuro. Este joven viajaba al pasado para tratar de resolver situaciones del presente y del futuro.
El detalle está en que nuestra vida no es una película de ciencia ficción. Las decisiones que tomamos para bien o para mal tienen consecuencias. También llegan situaciones inesperadas en nuestras vidas que, por más que tratamos, no las podemos evadir.
Sin embargo, si yo te dijera que el tiempo glorioso que viviste podría regresar ¿me creerías? Acaso piensas que no hay marcha atrás, que el tiempo pasó y no podrás recuperar lo perdido. Pues te tengo una noticia no necesitas una máquina del tiempo para recuperar lo que tú entiendes que perdiste.
Me viene a la memoria la historia de Mefi-boset. Dice la biblia en 2 Samuel que Mefi-boset era hijo del primogénito del rey, Jonatán. Nació en cuna de oro. Cuando pequeño quedó lisiado de los pies por un accidente cuando escucharon que su padre Jonatán y su abuelo Saúl murieron en batalla. Mefi-boset tenía el derecho al trono pero lo había perdido todo. Vivía en Lodebar, en un lugar de miseria. ¿Cuántas veces no vino a su memoria todo lo que había perdido? Cuántas veces habrá dicho que tiempos aquellos? Lo que Él no se esperaba es que el padre que está en los cielos no se había olvidado de Él. La biblia dice en 2 Samuel 9:7:
Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.
Así mismo me encontraba yo sin fe y sin esperanza en un cuarto de hospital gravemente enfermo y decía: “que tiempos aquellos”. La ansiedad me consumía y el desespero no me dejaba descansar. Sabía que la decisión que tomé de no seguir el tratamiento trajo consecuencias. Pensaba que nada se podía hacer y que no podía recuperar el tiempo perdido.
Esa noche mientras miraba por la ventana de la habitación me venía a la mente este verso bíblico:
Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. (Salmos 9:9)
Así hice, le entregue todo a Él. Me olvidé de lo que pude haber hecho en el pasado. También dejé de pensar en lo glorioso que fue el pasado porque sabía que esa gloria la vería en mi presente.
Dios cambió el panorama. No tan solo resolvió el error del pasado, sino que también lo mejoró. Un Pastor dijo: “Dios se olvida de tu pasado, organiza tu presente y te prepara para el futuro.”
Cobra ánimo. La gloria postrera será mejor que la primera. Solo tienes que creer. Para el que cree todo es posible.
Deja que la voluntad de Dios sea tu camino y su tiempo sea tu reloj. Te aseguro que vas a Volver a Nacer.