Umbral

Intentamos explicar las situaciones adversas y pretendemos responsabilizar a Dios por todo lo que nos sucede. Lo he hecho. Perdoname Señor, por caer en eso. ¡Que espiritú debil! Pero más debil es el que intenta protagonizar a Dios en las calamidades de los demas. En esta vida se ve de todo. Pero lo cierto es que cuando le hemos sido fiel a Dios, se nos puede resultar dificil procesar nuestras adversidades. Por eso surgen preguntas que intentan poner a Dios en contra cuando realmente está a nuestro favor.

Se me olvida una cosa. Olvido que en este mundo no solo estamos Dios y yo—si fuera así, que chévere sería. En este mundo, a nuestro alrededor, hay otras personas y Dios no se responsabiliza por lo que los demás hacen con su libre albedrío. Digo otras personas, porque aunque nuestra lucha no es contra carne ni sangre, la influencia del enemigo es sobre las personas. Todos tenemos que decidir entre seguir la norma de Dios o las estrategias del enemigo y de ahi parten las consecuencias de lo que vemos inclusive en nuestro dia a dia.

Por eso nuestra historia a veces puede ser parecida a la que sufrió el Señor cuando dijo: “Dios mio, Dios mío, ¿porqué me has desamparado?” En medio de su justicia, el sufrió injusticia. Luego de haber predicado, sanado y resucitado muertos, fue humillado en una cruz mientras derramaba su sangre siendo inocente. Muchos lo cuestionaron. El también cuestionó a Dios cuando preguntó “porqué me has desamparado?”,  aun conociendo su proposito.

¿Lo habia desamparado Dios? Nunca.

En medio de la adversidad he aprendido a recurrir al umbral de su verdad.  Allí no hay lugar para las mentiras del enemigo ni las opiniones de otros. Allí solo habita el ojo que todo lo ve y el espíritu que todo lo escudriña. En mis intentos por vivir en rectitud delante de El, allí encuentro al que juzga todos mis caminos.  ¡Y que bueno es ser juzgado por Él!—porqué él sí es justo.

Los cuestionamientos no llevan a nada. Lo único que empuja mi alma a la voluntad de Dios es rendirla. Asi que allí, rendida a sus pies, en ese umbral encuentro paz con una bienvenida a entrar a un lugar de descanso en medio de la adversidad.

Y entonces comprendo:

En medio del desamor, nada me separa del amor de Dios.

Otros fallan, pero el permance Fiel.

Otros fingen, pero Dios es Verdadero.

Otros menosprecian, pero Él pagó un precio de sangre por mi.

Luego miro hacia arriba y fijo mis ojos en la meta.

Cristo.

Lo único que importa es que yo pueda servirle y agradarle.  Ya no importa quién, cuando ó donde.


Jenilee Rebarber

Jenilee Rebarber es la fundadora de The Altar Place. Jenilee es nativa de Puerto Rico, y vive en el estado de Florida en EU con su hijo Adrián. Es doctora en optometría, empresaria y estudiante del seminario de Liderazgo Ministerial de la Universidad Southeastern. A través de cada temporada y rol, Jenilee ha permitido que cada área de su vida la lleve más cerca de Jesús y le gusta poner eso en palabras. Sus escritos se han publicado en WomenLeaders.com de Christianity Today, en el blog Boundless de Focus on the Family, en la Revista La Fuente y ha sido miembro del entrenamiento de escritores Compel. Para contacto e invitaciones puedes escribirle a: jenilee@thealtarplace.com