Cada mañana usualmente comienza con la misma rutina: levantarse, ducharse, desayunar y dirigirse hacia el trabajo. Últimamente, justo antes de salir por la puerta de mi casa, el siguiente pensamiento cruza mi mente: “vamos a ver lo que el día de hoy nos trae”. No de manera pesimista sino mas bien en una manera sorpresiva.
Realmente nunca sabemos que es lo próximo que va a suceder. Podemos hacer planes para nuestra vida, pero nada garantiza que saldrán de acuerdo a como lo planificamos. La vida esta llena de momentos inesperados, ya sean buenos o malos. Los buenos son muy fácil de sobrellevar, pero cuando menos lo esperas, podrías experimentar malas noticias, interacciones desafiantes o perdidas.
Los momentos en que he experimentado este sentir en las mañanas, he estado mas preocupada acerca de que si manejaría adecuadamente cualquier momento inesperado. Seguramente no, dependiendo de la situación. Luego de reflexionar mas en esto, pude llegar a la conclusión de que para cualquier circunstancia, lo único que necesito recordar es lo que Jesús ha hecho por mi y el ejemplo que me ha dado.
Pensar en la cruz, en lo que Jesús hizo por mi, y lo que me ha enseñado con ello, trae una perspectiva mucho mas amplia a mi mundo. Cuando miro a la cruz, puedo reflexionar sobre los siguientes tres pensamientos como enseñanzas:
Compasión. Aunque muchos no tuvieron compasión de Jesús, El si la tuvo hacia la humanidad, hasta el punto de dar su vida por ella. Cuando yo tengo compasión, también puedo tener misericordia y puedo tratar a los demás con igualdad y respeto. Cuando recuerdo como Jesús me ha amado y perdonado puedo tener mas tolerancia y empatía con los demás.
Puedo recordar lo que enseñó. Humildad, modales, compañerismo, lidiar con personas difíciles y tentación, por nombrar unas pocas, son alguna de las muchas cosas en las que El nos dio una enseñanza. La mayoría de las lecciones importantes que necesitas; El las cubrió.
Puedo recordar que El estará conmigo siempre. Una de las cosas más importantes que necesitarás recordar cuando enfrentes momentos inesperados es que El te tiene en sus brazos.
Piensa en algún momento inesperado que hayas tenido en tu vida y luego cuan diferente lo habrías enfrentado si tuvieras presente estas tres cosas. A veces podemos olvidar las cosas a menos que hagamos de ello una rutina. Cuando algo es parte de nuestra rutina diaria, no tenemos ni siquiera que detenernos a pensar, lo hacemos automático. Tratamos de recordar las cosas de muchas maneras: papelillos con adhesivo, alarmas y calendarios, por ejemplo.
Si cada día le añadimos a nuestra rutina mañanera algo que nos recuerde la cruz y por lo que vivimos, probablemente tendríamos días mejores. Quizás una oración diaria corta o algún papelillo pegado en la puerta con un versículo bíblico que podamos leer antes de salir. Detalles simples que nos pueden dar inspiración diaria y hacer nuestro día mucho mas agradable y llevadero.