Hace unas semanas tuve que ir a comprar zapatos ya que, por motivos de mi embarazo, ahora calzo media pulgada más. Quería encontrar zapatos bajitos, cerrados y cómodos a buen precio, pero para mi sorpresa, no encontré. “¡Si yo fuera la Cenicienta, cualquiera otra se hubiera quedado con mi príncipe!” —exclamé con tono de frustración…