A veces queremos tener cosas grandes o ver grandes resultados y que sean notables en lo que hacemos inmediatamente. Sin embargo, en el día a día podemos trabajar en cosas pequeñas que mañana se convertirán en grandes eventos. La Biblia enseña que “él que es fiel en lo poco, en lo mucho lo pondrá Dios (Mt.25:21). Definitivamente, no podremos manejar cosas grandes, cuando no hemos aprendido a trabajar “las cosas pequeñas”.

Por otro lado, podemos tener muchas cosas pequeñas, pero si estas están inconclusas, entonces no nos permitirán avanzar a lo próximo––a algo más grande.

En mi caso, llevo varias semanas pensando cómo ha sido este año para mí. Hice un análisis en las metas que establecí al comienzo del año y evalué: si he logrado cumplir alguna, si hay otras que están en el proceso de cumplirse o si tan siquiera las comencé.

Debo reconocer que este año no ha sido uno usual en mi vida ya que he vivido varios desafíos, pero tengo claro que inevitablemente llegarán. Aún así, honestamente confieso que, debido a estos, hubo ocasiones donde se me movió el piso, o sea que fueron momentos impactantes para mi. 

Les cuento que uno de estos grandes desafíos lo fue el diagnóstico y la enfermedad de cáncer que padeció mi papá, hoy ya él mora con el Señor. Por ese motivo, pude ver como mi agenda y planes cambiaron drásticamente debido a mis prioridades. No obstante, he podido ver que todo ha contado para bien y que nada ha sido en vano.

Hacen unos días escuche testificar a una sierva del Señor, refiriéndose al cuidado que tuvo con sus padres; hoy ambos también moran con el Señor. Ella dijo que ninguna de las decisiones que tomó, ni aquello que pospuso, de nada de eso se arrepentía, al contrario, hoy entiende que fue lo mejor que hizo, incluso lo hubiera hecho igual o mejor.  

Debemos procurar aprender de todo. Mi pastora dice que se aprende de lo bueno y de aquello que se hizo mal se aprende al no repetirlo y al no proceder de la misma forma; sino obrando bien, recordando que todo lo que hacemos, debemos hacerlo como para Dios. 

En medio de mi introspección he visto como las pequeñas cosas que he hecho han hecho la diferencia y me han dejado una gran satisfacción. Aun así también me di cuenta de que habían cosas pequeñas que estaban inconclusas y que detenían mi crecimiento para poder obtener las herramientas adecuadas para ayudar a otros.

Doy gracias a Dios por todo lo que ha hecho hasta aquí, porque una vez más he visto su fidelidad y su gracia derramada para mí y para los míos. He podido ver que todo ha contado para la gloria de Su nombre. 

Hoy, te invito a que al igual que yo, hagas tú en este día. Te ánimo, pues hoy puede ser ese tiempo que necesitas tomar para que hagas un alto en tu agitada agenda y te detengas a reflexionar…

¿Cuáles son esas pequeñas cosas o eventos que has dejado inconclusos? ¿Es eso lo que te está impidiendo a no alcanzar lo más grande? Finalmente, porque no comenzar hoy, determínate a hacer la diferencia. No olvidemos que, con Jesús, nada es en vano. ¡Recordemos que todo cuenta!

Se despide su amiga, Samari Rosado.

Samari Rosado, es puertorriqueña, esposa y madre de dos maravillosos jóvenes. Graduada de Medical Assistant.  Se desempeña como Director Ejecutivo y Diácono en El Camino Church, donde persevera. Se destaca como Asistente de GET Missions, Directora del Ministerio Kadosh, misionera, escritora, conferencista y líder revolucionaria de mujeres a través de la gracia de Cristo.


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