“Hoy deseo regalarles uno de los capítulos más importante de mi libro “Volver a Nacer”. En el relato el comienzo de unas de las batallas más difíciles en la vida de este servidor. Hoy abro mi corazón para hacerles este relato de mis vivencias, por medio de el comprenderás que no estás solo (a). Con mucho respeto, te extiendo una invitación a que lo leas y a que reflexiones cada una de las palabras que leas en él. Te aseguro que vas a Volver a Nacer.” —Josué Rivera, autor del libro Volver a Nacer

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmo 27:1

¿Qué es el lupus? De acuerdo a la Fundación de Lupus, el lupus es una enfermedad crónica autoinmune que puede dañar cualquier parte del cuerpo; esto incluye la piel, las articulaciones y los órganos internos.[1] 

El sistema autoinmune de una persona, normalmente, produce proteínas llamadas anticuerpos, que tienen la función de proteger el cuerpo contra los invasores externos, como bacterias y virus. 

Cuando existe esta condición, el sistema inmunológico no puede apreciar la diferencia entre los invasores externos y los tejidos sanos, y entonces produce auto-anticuerpos (“auto” significa “propio”) que atacan y destruyen los tejidos sanos.  Estos auto-anticuerpos causan inflamación, dolor y daños en distintas partes del cuerpo.

Organizaciones especializadas en esta condición, como Lupus Research Alliance, explican que el lupus provoca recaídas en los pacientes.[2]  Esto significa que, por momentos, los síntomas tienden a empeorar y la persona se siente enferma; pero luego, pueden ocurrir remisiones y el paciente siente mejoría. 

En algunos casos, esta condición se combina con nefritis renal, cuando se manifiesta un funcionamiento irregular de los riñones. Estos órganos tienen la función de filtrar las toxinas y los desperdicios de la sangre; también ayudan a controlar la presión arterial.

En algunas personas con lupus, los riñones se inflaman tanto que no pueden funcionar adecuadamente. Esta condición particular se llama

lupus sistémico eritematoso con nefritis renal y debe atenderse con un

cuidado especial, para evitar que los riñones sufran daño permanente.

Ese fue el diagnóstico que mis padres recibieron el 23 de septiembre

de 1993, día en que comenzó una batalla insospechada contra el lupus sistémico eritematoso con nefritis renal.

La noche en que mis padres recibieron la noticia de que su hijo tenía lupus, lloraron sin consuelo. La doctora que me atendía en ese momento, me conocía desde que yo era un bebé, ya que fue amiga de mi abuela; habían estudiado juntas. Sé que para ella no fue fácil darle la noticia a mi familia. 

A veces juzgamos a los médicos, y decimos que pueden ser fríos o insensibles cuando dan noticias fuertes a los pacientes y sus familiares. He meditado mucho sobre esto a causa de mi enfermedad, y sé que para los médicos también es muy difícil enfrentar estas situaciones, pues son hombres y mujeres de familia.

Ese día de septiembre, mis padres entraron a mi cuarto en el hospital, después de reunirse con los doctores; y yo, niño al fin, pensé que ya nos íbamos para la casa. Pero no fue así; vi que mi mamá estaba llorosa y mi papá me miraba con los ojos desfigurados de tanto llorar.

La imagen de mi padre fue la más impactante para mí. Después de observar el rostro de mis padres, les pregunté: “¿Qué les pasa? ¿Me voy a morir?” No me contestaron nada. Cuando te dan una noticia así, no existe consuelo, no hay palabras que puedan levantar tu estado de ánimo. 

Piensas que el mundo se te cae encima; todo lo planeado se destruye en un momento. No quiero imaginar lo que estaba pasando por la mente de mis padres en ese instante. Lo que no sabe tu enfermedad o problema es que Dios es quien dará la batalla por ti: 

“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:14).

Al recibir el diagnóstico, mi padre comenzó a orar pidiendo a Dios que le mostrara el porqué de la decisión que había tomado. Más adelante, se supo la contestación.  A Dios no le cuestionamos, pero sí le preguntamos; parece lo mismo, pero no es igual. Te puedo asegurar que el dará respuesta a todas tus preguntas. 

No conozco a un Dios que te deje solo, que sea cruel y se goce del mal; sí conozco un Dios que llora contigo, que enjuga toda lágrima y convierte la tormenta en calma.

 ¿Cómo respondieron mis padres a esta prueba?

Se secaron las lágrimas y enfrentaron la batalla contra mi enfermedad. Cuando Dios te avisa o alerta sobre algo, no te deja a la deriva; Él te guía y mueve a quienes tenga que mover para ayudarte y consolarte. ¡Levántate! Seca tus lágrimas y juntos, tú y yo, comencemos la batalla.

“Claman los justos y Jehová oye y los libra de todas sus angustias.

Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu”. (Salmo 34:17-18)

[1] What is Lupus? Lupus Foundation of America. Recuperado en: www.lupus.org

[2] About Lupus. Lupus Research Alliance (Formerly S.LE Lupus Foundation). Recuperado en: ww.lupusny.org


Josue Rivera

Josue Rivera es el autor del libro Volver a Nacer. En su libro, Josue narra como su fe ha hecho la diferencia para vivir y sobrellevar la condición Lupus Sistémica. Josue se ha destacado en varias funciones de liderazgo en la iglesia, inculyendo el ser miembro de la junta general. Josue vive en Puerto Rico con su esposa Monica, y se desenvuelve cómo exponente de la palabra, dando charlas en diversos lugares y colaborando en la iglesia.