¿Alguna vez se ha sentido aislado o desconectado emocionalmente de su pareja, algún amigo o familiar aunque estén físicamente cerca? Puede que en algún momento todos nos hayamos sentido así. Pero, ¿por qué sucede eso? ¿Cómo se puede estar tan cerca emocionalmente, compartir tanto, y de pronto percibamos que haya frialdad o desconexión?
Según la psicología, el distanciamiento emocional es un fenómeno que se da cuando una persona esconde sus emociones y a la vez se aleja de las emociones de los demás. Puede surgir consciente o inconscientemente, representando un mecanismo de defensa o una barrera de protección.
Los seres humanos somos seres muy complejos que respondemos de diferentes formas a las circunstancias de la vida. Constantemente vamos cambiando en nuestra manera de pensar, de ver la vida y de interactuar con otros. No por eso quiere decir que quien se distancia emocionalmente lo hace por falta de amor.
Pensar que una persona distanciada emocionalmente ya no nos ame es un error que cometemos comúnmente por la falta de respuestas a dicha actitud. Sin embargo, esto no exime a la persona distanciada de la responsabilidad de causar confusión y malos entendidos. Es por eso, que es importante considerar las siguientes respuestas Bíblicas ante esta situación:
- Compartamos nuestras alegrías y tristezas. Hay veces que no queremos cargar a nuestros seres queridos con nuestros problemas y es por eso que preferimos solo compartir lo bueno y guardarnos en nuestro corazón lo negativo o aquello que nos aqueja. Esto realmente ocasiona falta de comunicación o expresión que nos resguarda. Hechos 4:32 La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común.
- Reafirmemos con frecuencia nuestro amor y propósito juntos. Esto conlleva el pensamiento consciente de saber que Dios puso personas en nuestra vida por un propósito divino. Esto nos ayudará a estimar o valorar más a las personas de nuestro entorno. Filipenses 2:2 dice: haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito.
- Procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua (Romanos 14:19) En tiempos buenos debemos trazarnos un plan para evitar recurrir a actitudes hirientes y buscar soluciones efectivas de conflictos, respetando siempre nuestras diferencias.
- Recurramos a la oración. La oración individual y compartida nos puede ayudar a canalizar nuestras emociones y a procurar la unidad espiritual. Esto requiere esfuerzo y buena disposición. Efesios 4:3 dice: esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
- Perdonemos rápido. No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado. No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. Levítico 19:17-18
Nuestras relaciones son regalos de Dios. No olvidemos cultivarlas día a día pues son claves para experimentar el amor y el cuidado de Dios para con nosotros.