El día de ayer fue unos de esos donde me tocó chocar con la realidad—una realidad buena pero con mucha responsabilidad. Definitivamente, había aceptado el reto ante el llamado de Dios en mi vida.

Hace 10 años me gradué como optómetra. La decision de ser optómetra la tomé de acuerdo a la visión que forjé en mi temprana adultez para mi futuro. Quería ser una profesional independiente, con una buena compensación y una carrera flexible—no agotadora—que me ayudara a desenvolverme bien en otras areas de mi vida.

¡Bingo! Doy gracias a Dios por guiarme a esta profesión.

Cuando termine de estudiar el doctorado, ya le había entregado a Dios mi vida; me apasionaba su cercanía y estudiar su palabra. Pero los años de estudiar optometría fueron muy intensos y comprometedores, no habia espacio para nada más.

Al terminarlo, recuerdo que me dije: “Ya termine de estudiar, ahora a ejercer y a trabajar para Dios.” Procuré colaborar en la iglesia, crecer y madurar espiritualmente.

“Algún día me gustaría estudiar en el seminario” —dije varias veces.

Me llegaban por correo varias revistas profesionales de optometría. Una de ellas, “Women in Optometry” , destacaba mujeres en EU que habían comenzado sus practicas privadas.

Yo leía las historias, me inspiraba, y decía: “algún día me encantaría tener mi propia oficina.”

Mi vida tomo varios rumbos, tuve que mudarme a vivir en diferentes lugares, así que no era el momento adecuado para que se hicieran realidad esos “algún día”.

Hacen más de dos años, finalmente, pude establecerme en una ciudad, y luego de presentar en oración y pedir dirección, pude ver qué era el momento de que los “algún día”, qué había dicho, se convirtieran en “ahora”.

El año pasado, con la ayuda de Dios pude comenzar mi practica privada y este año, mi practica fue destacada en “Women in Optometry”. ¡Parecía totalmente surrealista verme en esa revista! Les había contado mi historia y me llamó la atención que ellos decidieron titular la historia: “Driven & Determined”

Driven”: Impulsada ó guiada

Determined”: Determinada ó Decidida

¡Wow! Me impactó que eligieran las palabras perfectas para describir mi trayecto. Ellos conocían parte de los retos a los que me enfrenté a la hora de tomar esta decisión y que, sin embargo, la tomé con determinación—por eso creo decidieron poner este titulo.

Pero lo que quizás no saben, es que hay un continuo proceso de fe envuelto, el cual ha sido clave ante mi determinación a pesar de los retos.

Ya ha pasado más de un año con la practica, el cual ha sido mucho trabajo comenzarla. Durante este año, he sentido el llamado de Dios fuertemente en mi vida.

Ideas que no salían de mi cabeza—como si no tuviera en que ocuparla.

Inquietudes constantes por trabajar para el Reino.

Me habían interesados las misiones y había dicho:

“Algún día me gustaría colaborar en alguna misión, quisiera que mi hijo creciera también colaborando en el campo misionero, seria fenomenal si pudiera trabajar en alguna entidad misionera cristiana y médica.”

Parece que Dios escucha todo eso y rapidísimo hace un “checkmark” para reclutarte.

Este año me llegó la información de un ministerio médico cristiano en Haiti, dirigido por un optómetra. Instantáneamente me puse en contacto y hace unos meses tuve la oportunidad de servir en Haiti por primera vez y continuaré colaborando con ellos.

Mientras estuve en Haiti, entendí que era el tiempo de llevar a frutos las inquietudes y el llamado que Dios estaba poniendo en mi vida.

Era el tiempo de terminar de convertir los “algún día” en “ahora”.

¡El tiempo es ahora!

Mientras esperaba el vuelo de Haiti de regreso a casa, comencé a buscar información acerca de diferentes seminarios. Encontré el ideal; de acuerdo a cómo precisaba que Dios me estaba moviendo. Tomar la decisión de aplicar para el seminario y comenzar una preparación en teología ha sido otro proceso de fe.

Fue una inmensa alegría, conocer qué había sido aceptada para entrar al programa de Maestría en Liderazgo Ministerial con la Universidad Southeastern. Ayer comencé mis clases y apenas estoy fascinada con todo lo que voy aprendiendo. Creo que fui llamada para esto.

Pero, hoy te escribo parte de mi historia, por que sé que, al igual que yo, probablemente, hay muchos estancados en sus “algún día”.

Cuantas oportunidades que te llevarán a convertir esos “algún día” en “ahora“, quizás Dios ha traído a tu vida pero las has dejado pasar por falta de fe o por miedo.

El miedo y la duda nunca harán falta—porque siempre estarán presentes. Mas no puedes permitir que te dirijan.

A la hora de decidir emprender algo o responder a algún llamado; el miedo se enfrenta con asesoría y la duda la combates con tu fe.

Procura seguir la dirección De Dios en oración. Infórmate, busca las posibilidades y tómalas en cuenta, haz un plan, crea una estrategia y aprovecha las oportunidades que se te presentan.

Si Dios ha puesto algo en tu corazón para hacer, liberate de la resistencia que ponen tus miedos para que puedas fluir en el impulso que él te está dando para guiarte.

Luego, toma la determinación de creer en fe para seguir el camino que el está trazando para tu vida.

Te aseguro que llegarás.


Jenilee Rebarber

Jenilee Rebarber es la fundadora de The Altar Place. Jenilee es nativa de Puerto Rico, y vive en el estado de Florida en EU con su hijo Adrián. Es doctora en optometría, empresaria y estudiante del seminario de Liderazgo Ministerial de la Universidad Southeastern. A través de cada temporada y rol, Jenilee ha permitido que cada área de su vida la lleve más cerca de Jesús y le gusta poner eso en palabras. Sus escritos se han publicado en WomenLeaders.com de Christianity Today, en el blog Boundless de Focus on the Family, en la Revista La Fuente y ha sido miembro del entrenamiento de escritores Compel. Para contacto e invitaciones puedes escribirle a: jenilee@thealtarplace.com