Nunca me cansaré de aprender de la historia de Job. El enemigo intentará siempre atacarnos hasta lograr separarnos de Dios de alguna manera; él tiene sus altimañas. Si lo piensas bien, es más probable que el diablo trate de lastimarnos con las cosas que nosotros tendemos a inclinarnos a ellas o que creemos que necesitamos. Sin embargo, la verdad es que Dios puede satisfacer todas— y absolutamente todas—nuestras necesidades (Filipenses 4:19).
Hay cosas que tendemos a sobreestimar o a que nuestro corazón sienta la necesidad de llenar ese lugar, pero no hemos dejado que Dios lo pueda llenar. El enemigo sabe que nos dolería mucho que nos tocaran esa área en nuestro corazón. Amar a una persona o algo como un trabajo, o un estatus, es una cosa, pero considere el alcance de ese amor. ¿Cómo te dejaría si te lo quitaran?
¿Qué sucedería si Dios llenara ese lugar, en vez de esperar que alguna cosa, algún evento, o alguna persona lo llenara? ¿Sería Dios más que suficiente para ti si no tuvieras esa persona, ese trabajo, esa salud o esos ingresos? Si miras a Dios como que es mas que suficiente para ti, entonces, ese lugar de tu corazón que antes esperabas que fuera lleno de otra manera, quedará ocupado por Dios.
Ese es el lugar que Dios quiere tener en nuestras vidas: que Él es todo lo que necesitamos (Salmo 23). ¿Qué crees que sucedería si el enemigo trata de entrar a tu corazón pero ve que cada pequeño espacio esta ocupado por Dios? El diablo quedaría en vergüenza, una vez más, cuando intentara quitarte algo, y es entonces cuando puedes mostrar que Dios es todo lo que necesitas. Si resistes, mantienes a Dios primero, tu pérdida no podrá lastimarte y luego el diablo huirá (Santiago 4:7).
Job tenía perfección a un nivel humano (Job 1: 1), por lo que sufrió como lo haría cualquier humano, pero se dejó moldear a perfección cómo Cristo, al pensar en Dios como todo lo que realmente necesitaba, incluso contra pruebas de miseria, tragedia y duda. El resultado de la integridad de su fe fue el doble de bendiciones para sus últimos días comparado con lo que tenía al principio.
¿Llegarás al final de la prueba con esa doble bendición o lo harás deprimido y resentido simplemente porque no puedes tener a Dios como soberano y como todo lo que necesitas en tu vida? Ocúpate de ahora en adelante de tener a Dios como todo lo que necesitas; venga lo que venga, falte lo que falte. De esa manera tendrás la capacidad de resistir cualquier artimaña y ataque del enemigo. Lo mejor de todo es que Dios es capaz también de restituirte todo lo que hayas perdido en medio de la prueba.
Con los fieles, él se muestra fiel (Salmos 18:25). Él te dará el doble de bendición por tu problema (Isaías 61:7).