Tal vez hayas escuchado a muchas personas hablar sobre la experiencia de encontrarse con Dios y te preguntarás que significa o cómo se sentirá eso, si debes esperar a un próximo retiro espiritual, seguir un listado como el de ‘La búsqueda del tesoro escondido’ o si se presentará Dios en un arbusto ardiendo y con voz potente.  Es normal que al pensar en nuestro primer encuentro con Dios se despierte en nosotros un poco de incertidumbre por el temor a lo desconocido. Sin embargo, cuando lo experimentamos, puede que sea en el momento menos esperado y una experiencia mucho más maravillosa y placentera de lo que imaginamos; algo que desearemos experimentar cada día.

Encontrarse’ significa reunirse con alguien con el fin de pasar tiempo juntos, conversar, comer y tener un buen tiempo.  Al leer el Génesis, nos damos cuenta que el hombre y la mujer fueron creados para encontrarse con Dios a diario para conversar con él, conocerle y pasar tiempo juntos. Pero, al entrar el pecado al mundo, tuvo que venir Jesús para hacer posible que esa comunión entre Dios Padre y el hombre se restaurara.

Cada experiencia de encuentro con Dios es única y especial. En mi caso, yo tenía el anhelo de escuchar su voz tal como mi padre lo escuchaba. Sin embargo, a mis 11 años de edad fue cuando entendí que, a pesar de haber sido criada en el evangelio, tenía que tomar la decisión personal de querer tener una relación con Dios, arrepentirme de mis pecados y aceptar a Jesús como mi Salvador. Fue entonces cuando, una noche mientras dormía, Jesús vino a mi encuentro en una visión. Recuerdo que abrí mis ojos y me encontré de momento en el patio de mi casa y al mirar al cielo, vi a Jesús y a dos ángeles descendiendo a mi encuentro. No sentí miedo, ni mucho menos ganas de qué terminara. Todo lo que sentí fue una inmensa paz y amor que todavía hoy inunda mi corazón. Desde ese día decidí seguirle y continuar conversando con él, conocerle más y ser usada por él. 

Hoy muchas personas que viven sin tener la mínima idea de lo que es tener un encuentro con Dios e ignoran lo necesario que es en cada aspecto de la vida. También puede que haya otros que sí la han tenido, más han dejado de procurarla y se han desviado de su camino, influenciados por circunstancias de la vida. Sin embargo, no importa cualquiera que sea hoy nuestra circunstancia, podemos encontrar en Ezequiel 3:22-23 una palabra maravillosa de avivamiento a un nuevo despertar con Dios: 

“Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo. Y me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro.”

Hoy Dios nos invita a un nuevo despertar con él en el que podamos experimentar su mano, su voz y un río de bendiciones para nuestra vida.  Tal vez no cambiará la circunstancia, pero lo más importante es que nos transformará a nosotros. En realidad, no hay que esperar ir a algún lugar en específico ni seguir un listado de pasos, ni mucho menos buscar un arbusto ardiendo; todo lo que toma el despertar a un encuentro con Dios es un corazón dispuesto a recibirle con una oración de fe. 


Dindi Quiles

Dindi Quiles es cantautora cristiana, conferencista, maestra, líder de adoración, líder de grupo de discipulado y escritora. Su primera producción musical como solista incluye los temas “Tu luz en mí”, “Nuestro Salvador” y “Llénanos”. Ha colaborado como presentadora en el canal local de televisión, Tu18Jax y como escritora de la revista “Qué tal Jacksonville?”. Actualmente vive en el estado de Florida, con su esposo y tres hijos. Para invitaciones: agenda.dindiquiles@gmail.com

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