¿Cual es tu lugar de descanso? ¿Quienes son esas personas seguras y confiables que te aman?

Betania significa “Casa de higos”, un lugar de paz, prosperidad y descanso representado por los higos. Los arboles de higos eran frecuentemente usados en Israel como un lugar de descanso bajo la sombra del árbol para reflexionar, meditar y buscar sabiduría.

Esta pequeña aldea de Betania se considera un suburbio de Jerusalén, y en ella residía una familia muy amada por Jesús—los hermanos Lázaro, Marta y Maria. Lázaro, era quien Jesús había sido resucitado luego de 4 días muerto. Sabemos que esta familia era muy amada por Jesús en este relato de la muerte de Lazaro, cuando Jesus llora al enterarse y la gente puede ver en Jesús lo mucho que lo amaba (Juan 11:1-44). También podemos ver otros relatos bíblicos donde vemos que Jesús visitaba a Marta y Maria y les enseñaba (Lucas 10:38-42). Vemos también como el solía ir a Betania a hospedarse cuando estaba cerca de Jerusalén (Mateo 21:17).

Betania era un lugar que ejemplificaba todo su significado para Jesús—un lugar de descanso, de prosperidad y de muchos frutos. Esto es demostrado también cuando en una ocasión Jesús salió de Betania y luego vió a la distancia una higuera muy frondosa (Marcos 11:12-14)). El tenía hambre, por lo que se acercó a ella, pero cuando se acercó esta higuera no tenía ningún fruto y Jesús frustrado y decepcionado, terminó maldiciéndola.

Esta higuera para Jesús representaba esas personas con apariencias, pero falta de frutos. Jesús veía muchas personas como estas en Israel. Pero en Betania —la casa de higos— encontró una familia con frutos dignos de arrepentimiento y amor sincero por él.

Me imagino la frustración de Jesús al venir de un lugar tan fructífero como Betania y luego encontrar esta higuera con muy buena apariencia, pero completamente inútil para él ya que no tenia un solo fruto.

¿Alguna vez te has acercado a personas que parecen muy buenas, pero mientras mas te acercas te das cuenta que no tienen ninguna contribución positiva para tu vida? Esa es la higuera estéril que tiene buena apariencia, pero ningún fruto. Ciertamente, estas no son las personas a quien deberíamos acercarnos pues continuaremos hambrientos, engañados y heridos por su falsedad.

Justo antes de ser crucificado, Jesús decidió hacer una última parada en su lugar de descanso y visitar a sus amados amigos. Ellos eran quienes reciprocaban amor incondicional por Jesús, le servían en verdad y hasta estaban dispuestos a darlo todo por él. Esta familia fue el lugar de refugio y de apoyo para Jesús en su peor momento cuando sabia que estaba a días de ser crucificado.

Fue en esa visita que Maria lavó los pies de Jesús con sus lágrimas y con su cabello— un extremo acto de servicio usualmente llevado a cabo por siervos o esclavos. Fue ella también quien ungió sus pies con un costoso perfume—gastando un año de salario en ello (Juan 12:1-8). Jesús aun no había anunciado su muerte, pero entonces declara este acto de Maria como uno que lo preparaba para la sepultura. Maria estaba siendo movida proféticamente con este gesto. Seguramente, Maria confiaba en el poder de resurrección que ya había visto en su hermano Lázaro.

Jesús nos demuestra con todo esto la importancia de tener personas sanas que nos amen y apoyen incondicionalmente. Estas personas se convierten en Betania para nosotros—un lugar de prosperidad del alma, bendición, frutos espirituales y descanso donde siempre podemos recurrir. Si Jesús—el todopoderoso Dios—necesitó y fue bendecido por este tipo de relación fraternal, cuanto aun mas lo necesitamos nosotros.

Quizás, nuestro enfoque debe ser como podemos ser Betania para otros. Quizás, al tener ese sentido de hospitalidad, confianza, amor sin fingimiento y servicio, entonces logramos que Jesús siempre nos visite y vemos su gloria manifestada en nuestras vidas. Quizás, si muchos mas crecemos y somos enseñados en esa misma cultura, podemos fomentar la reciprocidad de estos valores y logramos crear comunidades fraternales mucho mas seguras, saludables y duraderas.

No creas la mentira de que tu solo puedes y de que no necesitas a nadie. ¡No nos engañemos! No importa cuan importante y experimentado en la vida— o en el ministerio—el enemigo te ha hecho pensar que eres. ¡A todos en algún momento nos llegará el turno de cargar nuestra propia cruz!

No seremos a excepción cuando necesitemos también a los de Betania. Así como Jesús, cuando sabes que se aproxima tu hora, en los de Betania encontrarás fuerzas para moverte a hacer la voluntad de Dios y unos amigos entrañables que proféticamente pueden apuntarte a ella.


Jenilee Rebarber

Jenilee Rebarber es la fundadora de The Altar Place. Jenilee es nativa de Puerto Rico, y vive en el estado de Florida en EU con su hijo Adrián. Es doctora en optometría, empresaria y estudiante del seminario de Liderazgo Ministerial de la Universidad Southeastern. A través de cada temporada y rol, Jenilee ha permitido que cada área de su vida la lleve más cerca de Jesús y le gusta poner eso en palabras. Sus escritos se han publicado en WomenLeaders.com de Christianity Today, en el blog Boundless de Focus on the Family, en la Revista La Fuente y ha sido miembro del entrenamiento de escritores Compel. Para contacto e invitaciones puedes escribirle a: jenilee@thealtarplace.com

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