Rara vez vemos la gracia de Dios internamente entretejida en nuestras vidas. Nos frustramos en sus manos y suponemos estancamiento en la espera. Sin embargo, Dios interrumpe nuestros planes revelƔndose firmemente soberano. Interrumpe nuestra seguridad para mostrarnos su misericordia y justicia. Su paz solo reinarƔ en nuestras mentes y corazones si nuestro orgullo controlador deja de oponerse a ella.

“El corazĆ³n del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige elĀ SeƱor.” (Proverbios 16: 9).

Mi profundo deseo era pasar el verano de 2020 en una misiĆ³n mĆ©dica en la regiĆ³n amazĆ³nica de PerĆŗ. TenĆ­a planeado llegar en algĆŗn momento de junio con algunos amigos igualmente apasionados, anhelando la obra de Dios en nosotros y en ellos. En numerosas ocasiones, Dios lo impidiĆ³. En cambio, toda mi atenciĆ³n se canalizĆ³ hacia una relaciĆ³n Ć­ntima y siempre refinada con Ɖl. Dios construyĆ³ en mĆ­ una esperanza duradera de ver cambios en mi ciudad y en mi lugar de trabajo.

Me condujo al mes de marzo de 2020, a la pandemia, a la angustiosa desesperanza del hospital y a la solitaria cuarentena. HabĆ­a orado para ver cambios y revelaciĆ³n en los corazones de aquellos que viven conmigo; los que trabajan conmigo. HabĆ­a llegado la hora de mantenernos firmes en la paz que solo Dios puede dar. Ɖl habĆ­a estado construyendo estas conexiones y uniendo nuestras vidas durante dos aƱos en anticipaciĆ³n a estos momentos.

Seguramente los Ćŗltimos diecisĆ©is meses no han sido fĆ”ciles ni sencillos, y no sĆ© cuĆ”ndo dejarĆ© el paĆ­s para volver a servir a gente de otras tierras. Sin embargo, Dios me ha permitido descansar en su presencia y he sentido su mano sobre mi vida todo el tiempo. Me dio momentos con familiares y amigos aquĆ­ y en todo el mundo a travĆ©s de llamadas virtuales. Me ha brindado oportunidades nuevas e inesperadas para servir a mi comunidad aquĆ­, en mi lugar de trabajo y en mi iglesia, porque Ɖl es bueno.

Durante aƱos, anhelaba poseer infinitamente la libertad y el capricho de la vida de soltero. Cualquier sugerencia de matrimonio, cualquier amistad con un hombre, parecĆ­a una afrenta a mi mayor sueƱo. Finalmente, a los 24 aƱos, aprendĆ­ a no tener el regalo de este tiempo en manos codiciosas. En cambio, comencĆ© a soƱar con lo que Dios podrĆ­a hacer en un matrimonio, pero tambiĆ©n sigo reflexionando sobre todas las hermosas formas en que Ɖl se ha revelado hasta ahora en todos los lugares a los que me ha llevado a vivir y trabajar.

Me ha dado hermosos amigos y mentores con los que caminar en todos los contextos. Ɖl me ha otorgado la habilidad de mantener tanto la solterĆ­a como la perspectiva del matrimonio y apreciar a cada uno en mi corazĆ³n. Esa tensiĆ³n sellada no se ganĆ³ fĆ”cilmente. Fue todo un viaje, porque Ɖl es bueno. PodrĆ­a seguir enumerando los sueƱos incumplidos y las visiones que aĆŗn no he visto en la realidad, pero sĆ© que Ɖl nos interrumpe con su gracia sobre nuestras vidas y con planes infinitamente superiores.

Dios, que tu gracia nos interrumpa.

No siempre podemos ver lo que vendrƔ, especialmente en la actualidad. Vemos en parte y en parte profetizamos; y es entonces cuando veremos y sabremos claramente como el dƭa, asƭ lo afirma Pablo (1 Cor. 13:9). Tan claro como las lagunas en las montaƱas de Huaraz.

“El amor jamĆ”s se extingue, mientras que el don de profecĆ­a cesarĆ”, el de lenguas serĆ” silenciado y el de conocimiento desaparecerĆ”.Ā Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta;Ā Ā pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerĆ”.Ā Cuando yo era niƱo, hablaba como niƱo, pensaba como niƱo, razonaba como niƱo; cuando lleguĆ© a ser adulto, dejĆ© atrĆ”s las cosas de niƱo.Ā Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conocerĆ© tal y como soy conocido.” (1 Corintios 13: 8-12).

“Jen Brown es hija, enfermera y misionera. Actualmente vive en Florida y Dios la ha llamado para dar a conocer su nombre allĆ­, en Ɓfrica y AmĆ©rica Latina. Ella trabaja en el ministerio del interior de la ciudad y el ministerio universitario con Every Nation Campus. Le encanta tocar el teclado como adoraciĆ³n, escribir poesĆ­a y estar al aire libre.”


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