Cuantas veces les ha ocurrido que están viendo una película o una serie y comienzan a llorar. Te identificas con la situación. Es como si entraras en el personaje y te vivieras la película. Llorar es algo tan común que rara vez nos planteamos cuáles son las razones científicas que lo explican o qué efectos tiene esto en la salud.
Lamentablemente nuestra vida no es una película que cuando se termina dejamos de llorar. Son más las veces que uno llora por dolor, tristeza y frustración que por alegría y gozo. Cuantas veces has dicho:
Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios? (Salmos 42:3)
Si te dijera que pronto limpiarán tus lágrimas ¿me creerías?
Viene a mi mente la historia de una mujer que tuvo una vida dura— pasaba necesidad, no tenía un trabajo honrado, era criticada por muchos. Su situación no era fácil. Esta mujer se conoce como la mujer del perfume de alabastro. (Lucas 7:36-50)
Esta mujer cuando supo que había un hombre que no solamente podía perdonar sus errores, sino que también podía secar sus lágrimas fue donde estaba el Maestro, se lanzó al piso y con sus lágrimas y un perfume caro ungía sus pies.
¡Cuánto sufrimiento tenía esta mujer para llegar a ese punto que no le permitía levantarse! Sin embargo esta mujer no le importó las críticas de aquellos que estaban en ese lugar y corrió hacia Él.
“Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.”(Lucas 7:50)
En muchas ocasiones he llorado. Hubo un día que lloré amargamente; estaba frustrado ya que mi condición de salud (Lupus Sistémico) estaba ganando la batalla. Lloraba y gemía sin consuelo diciendo:
“Tenme compasión, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, que un frío de muerte recorre mis huesos. Angustiada está mi alma;¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?Vuélvete, Señor, y sálvame la vida; por tu gran amor, ¡ponme a salvo!” (Salmos 6:2-4)
Esa noche mirando al cielo le decía:
“Cansado estoy de sollozar; toda la noche inundo de lágrimas mi cama,¡mi lecho empapo con mi llanto! Desfallecen mis ojos por causa del dolor; desfallecen por culpa de mis enemigos.” (Salmos 6:6)
Mientras Lloraba sentía como Él secaba mis lágrimas y ponía paz en mi corazón.
Tal vez te encuentras como esa mujer, con un dolor profundo en tu corazón, abatido y sin esperanza. Buscas quien pueda ayudar a levantarte. Hoy te digo que el mismo Dios que limpió las lágrimas a esa mujer y a este servidor, es el mismo que lo hará contigo. Dice la biblia:
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21:4)
Cuando Él seque tus lágrimas y quite todo peso que hay en ti, te aseguro que vas a Volver a Nacer.