Hoy día, vivimos bajo amenazas constantes, tanto personales como externas. Encontramos rumores de guerra, inestabilidad económica, falta de trabajo, divorcios, enfermedades y otras situaciones que nos causan tensión por diferentes razones—ya sea porque somos los protagonistas o porqué nos afectan indirectamente. Normalemte, los resultados que estas situaciones pueden tener en nosotros son: miedos, temores e inseguridades.
El temor se define, como “un sentimiento de agitación y ansiedad extrema causada por la presencia de un peligro eminente”. El temor es uno de los mecanismos de control que Satanás utiliza para mantener a las almas esclavizadas o paralizadas. Sin embargo, existe un temor que es una actitud reverencial que debemos tener hacia a Diosy dice la Biblia que “es el principio de la sabiduría” (Pr. 1:7). También, existe un temor que es un sentido de protección que nos libra de situaciones negativas; por ejemplo, cuando vamos a cruzar la carretera tenemos precaución pues nos da temor de que venga un carro y nos pueda causar daño.
En estas pasadas semanas cuando les daba la clase bíblica a los jóvenes de la iglesia, hablábamos sobre el temor. Y una de las preguntas que les hice fue: ¿Qué cosas le daban miedo o temor y por qué? Comenzaron ellos a expresarse y mientras expresaban sus temores y miedos pude ver cuantas cosas le preocupaban. Por ejemplo, manifestaron el temor de no estar bien con el Señor al momento que él los llamara, comentaron que le daba temor, no poder cumplir sus metas trazadas, no lograr alcanzar grados académicos que se habían propuestos alcanzar y muchas otras cosas más.
¡Wow! Era digno de admirar que se habían contado sus temores y las cosas que expresaban eran de gran peso. Es cierto que hay que cuidar nuestra salvación con temor y temblor, todos los días—pues no sabemos cuándo el Padre nos llamará ante su presencia.
Muchas veces se toma por menos a los jóvenes. Sin embargo, tanto los jóvenes como los niños pasan por miedos y temores, tal como nosotros los adultos, que si no se atiende pueden ocasionar problemas mayores. Ellos enfrentarán temores, miedos e inseguridades de acuerdo a sus edades que son tan válidos cómo los que pasamos nosotros los adultos y debemos estar allí para ellos. Tengo que reconocer, que cada uno de los jóvenes mostraba madurez dentro de este asunto, aun a sus cortas edades. Cómo maestra, como mamá y hermana en la fe, analizaba cada una de sus respuestas y veía su transparencia y sinceridad. Por otro lado, pude ver cómo la semilla que ha sido sembrada en ellos va rindiendo frutos.
Hoy día tambien eschuchamos a muchas personas manifestar que padecen de “ataques de ansiedad”, los mismos pueden ser productos de alguna situación que está ocurriendo en ese momento o algún suceso ocurrido que marco sus vidas. La ansiedad es un “estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad”. No podemos negar, que hay emociones y sentimientos que se van a manifestar en nuestras vidas. Fuimos formados con emociones y sentimientos. Ahora, podemos permitir que las emociones tomen el control de nosotros o podemos sujetarlas a la voluntad de Cristo.
Evidentemente, tenemos un enemigo perverso que le gusta dañar, alterar y corromper las cosas que ha hecho Dios. Éste, pretende a través del temor robarnos la fe, susurrarnos al oido para dañar nuestros pensamientos entre muchas cosas más—pues, Satanás vino para “matar, hurtar y destruir” (Jn. 10:10).Cuando el enemigo logra estas cosas en nosotros, nos desenfocamos y él toma ventaja. Le sucedió a Pedro (Mt. 14:28-31), mientras Pedro miró a Jesús caminó sobre las aguas en medio de la tormenta. Cuando desvió su mirada y se enfocó en lo que sucedía a su alrededor, tuvo miedo, dudó y se hundió.
El temor es tambien una realidad espiritual y para vencerlo necesitamos las herramientas espirituales. Por eso, no podemos olvidar que hay una palabra dada de parte de Dios para nuestras vidas que quiere llevarnos a vencer nuestros miedos y temores. La frase “No temas” aparece 365 veces en la Biblia—un gran recordatorio para alentar nuestro diario vivir.
Hoy día, vivimos bajo amenazas constantes, tanto personales como externas. No negamos el temor, pero enfoquémonos en la Palabra de Dios. La mejor manera de vencer algo negativo es concentrarse en un pensamiento positivo. No olvidemos que el perfecto amor hecha fuera el temor (1 Jn. 4:18). No tengamos miedo a malas noticias, vivamos sin miedos (Sal.112:7), pues Dios prometió estar con nosotros todos los días. Queridos amigos que nada ni nadie nos aparte del amor y la comunión con el Padre. No temas y como dijo Josué declara “Yo y mi casa serviremos a Jehová” (24:15).
¡Recuerda, Todo lo puedes en Cristo que te fortalece!
Se despide su amiga, Samari Rosado
Samari Rosado, es puertorriqueña, esposa y madre de dos maravillosos jóvenes. Graduada de Medical Assistant. Se desempeña como Director Ejecutivo y Diácono en El Camino Church, donde persevera. Se destaca como Asistente de GET Missions, Directora del Ministerio Kadosh, misionera, escritora, conferencista y líder revolucionaria de mujeres a través de la gracia de Cristo.