Para el año 2003 salió una película que me gustó mucho. Esta película trata de un grupo dedicado a hacer robos grandes. Cada uno de ellos era experto en sus respectivas áreas. Uno era el genio de la informática, otro era el conductor, también tenía un experto en explosivos, pero el más importante era el líder, experto en abrir cajas de seguridad.
El plan era perfecto, irónicamente se dan cuenta de que uno de los miembros del grupo los traicionó para quedarse con los lingotes de oro. Tiempo después el grupo localiza al traidor y comienzan a agruparse para hacerle la misma jugada.Sin embargo, le faltaba una pieza clave al grupo, por lo que recurren a una experta en abrir cajas fuertes. Lo que ella no se esperaba era que la caja fuerte era imposible de abrir.
Las cajas de seguridad son un medio de resguardar los bienes más preciados que posee una persona. Varios meses atrás tuve la oportunidad de ver una caja fuerte en un establecimiento que voy bastante frecuente. No dejaba de mirar la caja y contemplarla. Para tener ese tipo de caja fuerte la persona tiene que tener algo demasiado de valioso. El que abra esa caja tiene que ser un experto porque esa caja se veía como la película— imposible de abrir.
Si te preguntara que guardarías en esa caja fuerte, ¿cuál sería tu contestación?
Te diré mi respuesta.
Guardaría mi corazón.
Es lo más preciado que tiene el ser humano. Su valor es incalculable. El corazón es el lugar donde guardas tus emociones, sentimientos, tu paz, tu tranquilidad, todo aquello que es importante para ti. Por eso es importante resguardar nuestro corazón. Dice la biblia: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23)
Sin embargo, cuando exponemos tanto el corazón y no lo protegemos, nos corremos el riesgo de que venga el enemigo y lo robe. Cuando eso ocurre todo cambia, ya no eres el mismo de antes. Llega la ansiedad, el rencor, la frustración, la intolerancia, la insensibilidad y muchas cosas más. Dice la biblia: “El de sabio corazón acata las órdenes, pero el necio y rezongón va camino al desastre”. (Proverbios 10:8)
En varias ocasiones cuando el enemigo ha logrado robar mi corazón, se me ha echo difícil recuperarlo. Me ha pasado cuando se han burlado de mi condición, cuando me han menospreciado y me han hecho sentir inferior a los demás. No les puedo negar que ha crecido en mí todo lo negativo que te puedas imaginar.
“Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. (Mateo 6:21)
Y es en esos momentos le he tenido que decir a Dios: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí”. (Salmos 51:10)
Resguarda tu corazón en tu caja de seguridad para que nadie te lo robe. Que Dios quite de ti todo lo que no viene de Él. Recuerda:“Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad”. (Proverbios 3:1-2)
