De niñas, amamos jugar a las mamás.  Tomamos nuestras muñecas e imitamos el comportamiento de nuestra madre. Las protegemos. Con mucho cuidado, las peinamos y les damos comida imaginaria, pero deliciosa. Creamos historias llenas de tonos dulces, fantasÃas y alegrÃas.  Vamos creciendo y formamos una idea llena de sentimientos hermosos hacia nuestra madre. …