“Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor; recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados. Siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas”
Salmo 77: 11-12
Justo en estos días, estaba hablando con mis padres, acerca de todo lo que estamos viviendo. Hemos visto eventos que jamás pensamos presenciar. Nos sinceramos y reconocimos que nuestros corazones temblaron de miedo y hubo noches en que se nos hizo difícil conseguir el sueño. Entre temblores y pandemia, reconozco que han habido momentos en que he sentido no encontrar consuelo.
Buscaba respuesta a todo lo que estaba aconteciendo y luchaba para no perder la esperanza. Cientos de preguntas llegaban a mi mente y me angustiaba el futuro, pensaba en los planes que había ideado y en los sueños que aún me faltaban por cumplir. La incertidumbre tocó mi corazón y me preguntaba si Dios me estaba escuchando. Entonces, encontré este Salmo y como Asaf, comencé a recordar las obras maravillosas de Dios.
Una vez escuché que alguien dijo que “recordar es <<traer a la memoria del corazón>>. Comencé a recordar todas las veces en las que había orado y sentí el amor y la paz de Dios en mi corazón. Comencé a recordarme de todas las cosas de las que Dios me ha librado aún sin yo saberlo. Recordé como Dios ha sanado y sigue sanando mi corazón y su compañía se hace presente en los procesos que estoy viviendo. También recordé la presencia de Dios en cada etapa de mi vida y como me ha tomado de la mano, me ha sostenido y me ha impulsado a seguir mostrándome el camino.
El Salmo 34:18 nos recuerda que <<Dios siempre está cerca para salvar a los que no tienen ni ánimo ni esperanza>>. Comencé a recordar a través de la Biblia todas las obras que nuestro Dios ha hecho; como en ella están plasmadas historias de hombres y mujeres como nostros, que a pesar de todo lo que estaban viviendo confiaron en Dios y El SIEMPRE les mostró su amor.
En estos días he aprendido la importancia de cuidar mis pensamientos, trayendo a mi memoria las obras que Dios ha hecho. Como escribió Asaf:
<< siempre están en mis pensamientos; no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas>>.
Orar y leer la Palabra de Dios, nos ayuda a recordar las obras de nuestro Padre, y trae a la memoria de nuestro corazón la fidelidad de Dios. Nos testifica que El es siempre fiel y que El nunca nos fallará. Dios siempre ha salido al rescate de sus hijos, su misericordia nos levanta todas las mañanas y gracias a su bondad encontramos en El un padre que siempre está presente.
Su palabra nos recuerda que <<cuando yo estuve en problemas, me mostraste tu gran amor>> Salmo 31:21 .
Traigamos a la memoria de nuestro corazón, que nuestro Dios es el mismo que abrió el Mar Rojo, para que los israelitas pasaran, es el mismo Dios que vio a Agar en el desierto, el mismo que estuvo con David cuando se enfrentó a Goliat, el que estuvo con José cuando llegó a Egipto.
Ese mismo Dios, es nuestro Dios.
Entonces, traigamos a la memoria de nuestro corazón lo que Dios ha hecho sabiendo que siempre ha estado y estará con nosotros—hasta el fin.
Ana Ivelisse Jiménez Rodríguez reside en Ponce, Puerto Rico y desde pequeña sirve en la Iglesia Metodista Obispo Corson donde es parte del Ministerio de Alabanza y Adoración, Nutrimiento Espiritual y comparte la Palabra de Dios. Es trabajadora social escolar y ofrece talleres a diferentes poblaciones.