Libertad: todos la queremos. ¿Pero, la tenemos? Tu puedes ser libre y hacer lo que quieras, ¿pero, tu alma es libre? Libertad no es lo mismo que voluntad.
¿Que puede intentar controlarnos?
Nuestras pasiones, nuestros deseos, la atención, la aprobación, alguna satisfacción, alguna persona o nuestros miedos.
Algunos ejemplos:
Te sometes a la voluntad de otras personas, aunque no estes seguro de estar de acuerdo con ellos. Es mas, terminas estando de acuerdo con ellos porque el miedo a la falta de amor o respeto que tendras que enfrentar al oponerteles te controla. No eres libre en esa relacion.
Sabes los efectos negativos que tiene mirar esa pelicula, cargar esa tarjeta de credito, ir a ese lugar, navegar a esa pagina de internet, acercarte o relacionarte con esa persona, pero terminas haciendolo.
Una y otra vez.
A la hora de intentar algo nuevo, lo primero que sientes no es la emoción que traen las aventuras, sino el miedo. Prefieres quedarte en la comodidad de lo que ya tienes a pensar en algo mejor o diferente porque no puedes manejar los cambios. Los miedos son parte de la vida, pero no deben controlarte.
Hay libertad para todos. Una libertad que fue comprada a precio de sangre, al ser adoptados como hijos del más sublime Padre. Su amor calma todos los miedos y su vida nos da seguridad y confianza inigualable. Sólo en el, nuestra alma esta completa por eso el es capaz de llenar cualquier y todas las necesidades.
He encontrado libertad en los brazos de mi Padre. He entendido que solo Dios puede realmente llenar la necesidad que busco en aquello que solo termina controlandome.
Cuando Dios llena esa necesidad —atención, satisfacción, aprobación, afectividad, seguridad—ya no tendrás que recurrir a buscarla en otro lugar. Seras libre y nada te controlará , vivirás bajo la perfecta y dulce autoridad de Dios, el cual te deja disfrutar de todo lo bueno y te enseña a vivir la buena vida.
Serás verdaderamente LIBRE.
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”
Juan 8:36
Dice la Palabra del Señor Jesucristo :
“Todo me es lícito, más no todo conviene. Todo me es lícito, más no todo edifica”.
Dios nos dió un libre albedrío, significa que
tenemos libertad de escoger, qué decisión vamos a tomar sobre las distintas etapas de nuestras vidas. Todas las cosas en nuestras vidas son hechas por decisiones que tomamos.
aún las más simples como: escoger la ropa que nos pondremos, lo adecuado en la alimentación, qué tipo de zapatos usaremos A unas más complejas como: dónde vamos a estudiar, la persona con la cual nos casaremos, qué profesión estudiaremos.
etc…
Pero cada decisión que tomemos en el presente nos traerá unas consecuencias futuras de lo que hemos decidido hacer.
Si decidimos hacer lo bueno, aquello que nos instruye y edifica, entonces tendremos buenas consecuencias y por el contrario decidimos aquello que no conviene, entonces tendremos que enfrentar las malas consecuencias de nuestros actos.
En el plano espiritual es igual. Si escogemos rendirnos a los pies de Jesús, aceptarlo como nuestro Salvador y Señor de nuestras vidas ahora en el tiempo presente (con un cuerpo físico) las consecuencias son Salvación y Vida Eterna en Jesucristo.
Si le damos la espalda al Salvador de la humanidad y hacemos aquellas cosas aborrecibles delante de la Santidad del Señor Jesucristo ahora en nuestro mortal, (si no hay un verdadero arrepentimiento de nuestra parte) como consecuencia pasaremos a la eternidad sin Jesús y sin el perdón de nuestros pecados, condenados al lugar de tormento eterno.
Decide pasar la Eternidad con Jesús en el cielo. Gozo y Vida Eterna para siempre.
Arrepiéntete de todos tus pecados y llévalos todos y cada uno a la cruz de Cristo. Clávalos allí y decide vivir ésta vida mirando la vida futura con Jesús. Busca agradable con tu vida y la consecuencia eterna es que cuando pases a la Eternidad serás verdaderamente libres.