Cuando uno era niño siempre le gustaba enseñar lo que te regalaban o lo que te compraban. Cuando entraste a la escuela intermedia y superior, llegar con el mejor tenis o el mejor uniforme te hacÃa sentir bien y aceptado. Pero ya cuando entras a la universidad y comienzas a trabajar uno trata de valerse por sà solo, pero exhibir lo que tienes parece ser una norma que todos seguimos.
Hay un refrán que no me gusta ni usarlo pero lamentablemente se escucha y sucede mucho.
Dice: “Tanto tienes, tanto vales, nada tiene, nada vales.”
Queremos que nos reconozcan tanto y parece que nosotros mismos no nos valoramos. Me hace pensar que deseamos las cosas para que la sociedad nos acepte.
Más sucede lo contrario—te rechazan.
La biblia dice:
“Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. ” Colosenses 3:22
Quiero decirte que no vale la pena querer agradar al hombre. Si supieras que nada de eso define tu vida. Mi consejo es sencillo. No tienes que demostrarle nada a nadie. Tengas algo o no tengas nada, tu vales mucho, pero para Dios vales aún más.
No te humilles más, ni permitas que lo hagan contigo.
En todo lo que logres (metas personales, materiales, profesionales, ministeriales) no busques impresionar al ser humano—mejor impresiona a Dios.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servÃs. Colosenses 3:23-24
Amiga y amigo ten en cuenta el valor que tienes y verás que vas a Volver a Nacer.