Abraham fue llamado por Dios mĆ”s de una vez. Primero, fue llamado y enviado a otra tierra donde Dios cumplirĆa una promesa que Dios le habĆa hecho. Abraham respondió obedeciendo y siguiendo la voz de este Dios que llegarĆa a conocer.
Pasaron muchos aƱos mientras Abraham esperaba en Dios hasta que, finalmente, se cumplió la promesa de concebir el hijo que lo convertirĆa en el padre de muchas naciones como Dios lo habĆa prometido.
La fe de Abraham se extendió despuĆ©s de muchos aƱos de creer, incluso en medio de la incertidumbre, hasta que recibió la promesa. Ćl sabĆa que este Dios no solo hablaba, sino que tambiĆ©n liberaba. Abraham creĆa que Dios era real y lo que dijo se cumplirĆa. Cuando la fe de Abraham parecĆa mĆ”s fuerte, Dios probó su fe y fue entonces cuando Abraham aprendió a responder al llamado de Dios de manera diferente.
Esta vez Ćl responderĆa con: “Hineni”, que significa: “AquĆ estoy”.
Tiempo después, Dios probó la fe de Abraham.
āĀ”Abraham!ālo llamó Dios.
āSĆārespondió Ć©lā, aquĆ estoy. (GĆ©nesis 22:1-2, NTV)
Podemos ver la palabra Hineni en la versión del Ćrbol de la Vida, Tree of Life Version.
“DespuĆ©s de estas cosas, Dios probó a Abraham. Ćl le dijo: “Abraham”. āHineni ādijoā. (TLV)
Hineni significa en hebreo “AquĆ estoy” y tiene un significado mucho mĆ”s profundo que decir “Estoy aquĆ“.
“Estoy aquĆ” es solo una respuesta a su ubicación y su posición, una mera respuesta a alguien que llama.
Hineni, por otro lado, es una respuesta que denota:
“Mirad”
“MĆrame” o “tienes mi atención”.
“Estoy listo”
“Estoy a sus órdenes”.
Cuando la gente responde Hineni, estĆ” implicando una entrega total para servir y hacer lo que se les pide. Decir Hineni, aquĆ estoy, significa que tienes una entrega y confianza total en la persona que llama y que tienes una disponibilidad incuestionable para responder a quien estĆ” llamando.
Cuando Abraham estaba a punto de obedecer a Dios con el sacrificio de Isaac, un momento de completa fe y entrega al llamado de Dios, el Ôngel lo llamó y Abraham respondió con Hineni.
En ese momento, el Ôngel del Señor lo llamó desde el cielo:
āĀ”Abraham! Ā”Abraham!
āSĆārespondió Abrahamā, Ā”aquĆ estoy!
āĀ”No pongas tu mano sobre el muchacho!ādijo el Ć”ngelā. No le hagas ningĆŗn daƱo, porque ahora sĆ© que de verdad temes a Dios.ā (Gen. 22:11-12)
La habilidad de Abraham para responder Hineni, una demostración de rendición y obediencia llevó al cumplimiento de la promesa de Dios. El sacrificio de Isaac y la bendición que Dios habĆa prometido a partir de Abraham a muchas naciones era una representación de lo que Dios iba a hacer a travĆ©s de su propio hijo, Cristo. Abraham no tuvo que sacrificar a su hijo, sino que Dios lo harĆa, para cumplir la promesa.
Y de la misma manera, el hijo de Dios respondió a su llamado con “Hineni” para salvar a toda la humanidad. En IsaĆas podemos leer:
“Por tanto, mi pueblo conocerĆ” mi nombre. Por tanto, en aquel dĆa, yo soy el que dirĆ”: ‘Ā”Hineni!'”
Ā”QuĆ© hermosos son en los montes los pies de aquel que trae buenas nuevas, que anuncia shalom, que trae buenas nuevas de felicidad, que anuncia salvación, que dice a Sión: “Ā”Tu Dios reina!” (IsaĆas 52:6-7.)
TambiĆ©n fue IsaĆas quien, en medio del dolor y sintiĆ©ndose impuro, respondió “Hineni” al llamado de Dios.
“Entonces oĆ la voz de Adonai que decĆa: ‘ĀæA quiĆ©n enviarĆ© y quiĆ©n irĆ” por Nosotros?’ AsĆ que le dije: “Hineni. AquĆ estoy, EnvĆame a mĆ”. (IsaĆas 6:8.)
¿Cómo estÔs respondiendo al llamado de Dios hoy?
ĀæEstĆ”s simplemente respondiendo y diciendo āestoy aquĆ“, en lugar de “aquĆ estoy“?
Tal vez estĆ©s diciendo “estoy aquĆ”, y “aquĆ” significa todas las cosas que crees que te descalifican.
Estoy aquĆ, impuro.
Estoy aquĆ, dĆ©bil.
Estoy aquĆ, sin ser visto.
Hoy en dĆa, necesitas entender que Dios llamó a todo su pueblo sabiendo a quiĆ©n estaba llamando, toda su imperfección y todas sus debilidades, pero tambiĆ©n sabiendo que son capaces de responder al llamado a travĆ©s de su poder.
Dios sabe dónde estĆ”s. Ćl solo espera un ā”AquĆ estoy“ā de ti.
Un Hineni que implica rendición.
Un Hineni que expresa: “tĆŗ eres el amo, yo soy tu sirviente”.
“ObedecerĆ© y harĆ© lo que me llames a hacer”.
Si escuchas su voz llamĆ”ndote, deja a un lado todas tus dudas, todos tus razonamientos y tu autoevaluación. Dios solo necesita un “Hineni, aquĆ estoy” de ti.
Para ver el mover de Dios que queremos ver en nuestros tiempos y para ver a Dios cumplir sus promesas tambiĆ©n en nuestra generación, Dios estĆ” llamando a las personas que responden con un “Hineni, aquĆ estoy“.
La pregunta es: ¿Lo harÔs?
Movamos nuestro nivel de fe y obediencia al de la entrega como lo hicieron Abraham, IsaĆas y Cristo, y veremos el gran poder de Dios haciendo cosas maravillosas a travĆ©s de nosotros.