Este año ha sido uno globalmente difícil. Además del nuevo virus, la nación estadounidense ha sido significativamente afectada por el racismo, disturbios civiles, divisiones políticas y terremotos en Puerto Rico. Muchos piensan que es el fin o creen en las conspiraciones que se han formulado para explicar lo que está sucediendo. Del mismo modo, muchos creen que surge una crisis religiosa por las limitaciones que la pandemia pone sobre las reuniones religiosas.

En una ocasión, en su tiempo terrenal, a nuestro Señor le dieron a leer el libro de Isaías. El leyó la porción:

«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,  a pregonar el año del favor del Señor»

Y luego dijo: “Hoy se cumple ante ustedes esta escritura.”

El año del Jubileo, o el año del favor del Señor, había sido designado en el libro de Levítico (Lev 25). Este era un año especial a practicarse cada 50 años. En este año se practica la gracia sin medida—las deudas eran canceladas, los esclavos eran declarados libres y los prisioneros liberados.

Era un año profético que señalaba la restauración de todo en la plenitud de la gracia de Dios—algo que añoraba con la llegada del Mesías y una nueva vida. Con este año de jubileo se cree que el pueblo era preparado para la demostración de la gracia de Dios con la venida de Cristo y para una entera redención. Con la primera venida del señor, el año de jubileo no se limitaba más a un año, sino a un intervalo de tiempo entre su primera y segunda venida.

Si pudiéramos mirar más allá de lo que nos aflige, podemos ver que este año no será la excepción para la manifestación de la gracia de Dios. Los cautivos serán liberados, los ciegos darán vista, los oprimidos serán libertados.

En medio del caos, la gracia de Dios seguirá operando hasta que Él regrese a restaurarlo todo plenamente. Aunque estemos viviendo uno de los peores años de nuestra generación, continuemos pregonando el año de Jubileo en el Señor—el año de liberación hasta que Él venga.

No tengamos temor a las malas noticias (Salmos 112:7). Seamos mensajeros de gracia para este tiempo que apuntemos a la fe en la restauración del reino y en añorar su segunda venida. Todo el escenario es propicio para pregonar este mensaje. Cómo dijo nuestro Señor:

“pero yo les digo: despierten y miren a su alrededor, los campos ya están listos para la cosecha.” Juan 4:35

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Jenilee Rebarber

Jenilee Rebarber es la fundadora de The Altar Place. Jenilee es nativa de Puerto Rico, y vive en el estado de Florida en EU con su hijo Adrián. Es doctora en optometría, empresaria y estudiante del seminario de Liderazgo Ministerial de la Universidad Southeastern. A través de cada temporada y rol, Jenilee ha permitido que cada área de su vida la lleve más cerca de Jesús y le gusta poner eso en palabras. Sus escritos se han publicado en WomenLeaders.com de Christianity Today, en el blog Boundless de Focus on the Family, en la Revista La Fuente y ha sido miembro del entrenamiento de escritores Compel. Para contacto e invitaciones puedes escribirle a: jenilee@thealtarplace.com
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